Fiesta en Palacio

Hay fiestas a las que uno no puede faltar. Yo me lo he pensado pues notaba mi salud algo tocada «venga, 10 minutos para que luego no te lo cuenten y vuelta a casa» he pensado. Cada año, la fiesta de que conmemora el pistoletazo inicial de ARCO es una de las más deseadas por su exquisita selección de invitados que la convierte en un MUST del primer trimestre del año al que todo mundo quisiera asistir. Ha sido llegar y toparme con Santi Senso, quien me cogió del brazo diciendo: «Haz estado en este sitio, es espectacular y quiero ser yo quien te lo enseñe». 

El Palacio de Fernán Nuñez es espectacular, si. Y en esta ocasión, entre el decorado y los invitados, más. Dentro no faltaba nadie que se precie. Me costó casi una hora llegar al fondo pues cada tres pasos me detenía a saludar a alguien o me presentaban a otros tantos.

Durante el recorrido pude disfrutar  la toma de un palacio por parte de las vanguardias (el arte) y la modernidad (Heineken como partrocinador): un patio/logia convertido en un vergel, un salón sobre el que se erige una “instalación” realizada por el colectivo artístico Penique con motivo del lanzamiento de la botella Designed for the Night de Heineken; grandes salones de baile que revivieron su pasado glorioso al ritmo de las Dj’s Infinto, y los Dj’s Mysterio y Pintón poniendo a bailar a más de uno hasta altas horas de la noche. Y un catering firmado por Samantha Vallejo-Najera, Samanta de España. Delicioso y espectacular.

La gente no paraba de llegar, aunque sea a última hora como Laura Ponte, y otros se iban pronto, como Ceci Gessa que tenía función en microteatro pero, en cualquier caso, nadie quiso perdérselo. Daba igual ir en pareja como Marina Jamieson y Diego Hurtado de Mendoza o Gorka Otxoa y Eva Ugarte, en grupo de amigos como Pablo Rivero (siempre probando nuevos looks y todos le quedan perfectos, ¿cómo lo hará?), ‘saltándose’ el photocall como Antonio Albella, con todo su equipo de asesores de imagen como Santi Senso o en solitario como  Pelayo,que a fin de cuentas dentro nos conocíamos todos y terminas sintiéndote como en casa. Claro que ninguno vivimos en un palacio o similar, pero eso es cosa de tiempo, ya verás. 😉

La fiesta se prolongo hasta altas horas de la madrugada con gente sin parar de llegar y comida sin parar de salir… lo que viene siendo una fiesta en condiciones, vamos.